Cómo evitar daños y problemas en las mercancías delicadas por los cambios bruscos de temperaturas durante el transporte por mar

Transportar mercancías delicadas por mar representa uno de los mayores desafíos logísticos en la cadena de suministro global. A lo largo del trayecto, que puede durar semanas, las cargas atraviesan diferentes zonas climáticas y enfrentan fluctuaciones térmicas intensas, especialmente entre el día y la noche. 

Estos cambios pueden comprometer la integridad de productos sensibles como alimentos, productos farmacéuticos, electrónicos o químicos. Evitar su deterioro no depende solo del tipo de contenedor, sino también de una estrategia integral de protección que incluya control de humedad, fijación de carga, aislamiento térmico y un acondicionamiento cuidadoso del espacio interior.

La humedad: el enemigo silencioso en alta mar

Pocas amenazas son tan persistentes y difíciles de controlar en un contenedor como la humedad. Aunque invisible al principio, basta con un cambio brusco de temperatura para que se forme condensación en las paredes o techo del contenedor, lo que puede acabar empapando la carga y causar oxidación, moho o deformaciones. Para prevenir este efecto —conocido como «lluvia interior»— muchas empresas recurren a sistemas absorbentes como mantas o revestimientos que actúan como una barrera entre la humedad y la mercancía. Estos materiales, colocados en el techo o paredes, capturan el exceso de humedad antes de que se condense y caiga sobre la carga.

También se utilizan bolsas desecantes, capaces de absorber varias veces su peso en humedad. Algunas transforman el agua en gel, otras se fabrican con compuestos minerales como arcilla o cloruro cálcico. La clave está en ubicarlas estratégicamente dentro del contenedor, ya sea colgadas, distribuidas sobre la carga o integradas en sistemas más amplios de embalaje. Aunque pasan desapercibidas, estas soluciones marcan la diferencia entre un producto que llega intacto y uno deteriorado.

Las bolsas hinchables son uno de los métodos de protección de mercancías más populares a nivel mundial por su versatilidad y resistencia.
Niupack o void filler es un sistema sencillo, práctico y respetuoso con el entorno que evitará el movimiento de las cargas durante el transporte. ¡Se acabaron los desperfectos!
Existen muchos otros sistemas de trincaje de mercancías para asegurar su carga en el transporte marítimo como los safety sheet, cintas de trincaje, void gard, entre otros.

Fijar la carga: evitar movimientos que arruinan mercancías

Además del control climático, es esencial evitar que la carga se desplace durante la travesía. Un mar agitado o una maniobra brusca pueden hacer que la mercancía se desplace, golpee las paredes o incluso se vuelque, lo que supone una fuente habitual de reclamaciones. Para evitarlo, una de las soluciones más versátiles y extendidas son las bolsas hinchables. Estas se colocan en los huecos entre pallets o cajas y, una vez infladas, inmovilizan la carga, absorbiendo vibraciones y evitando desplazamientos.

Su formato varía: las hay con pestañas para colgar, otras adhesivas para pegar directamente al lateral del contenedor, y también modelos diseñados para cubrir grandes espacios. En paralelo, también se emplean cintas de sujeción, flejes textiles o elementos como cantoneras o bases antideslizantes que aumentan la fricción con el suelo del contenedor. Estas soluciones, aunque sencillas, son vitales para asegurar que la mercancía llegue en el mismo estado en que se cargó.

El valor del aislamiento térmico

Para productos especialmente sensibles a la temperatura, como fármacos o ciertos alimentos, el simple uso de contenedores estándar puede ser insuficiente. De ahí que se haya extendido el uso de fundas y revestimientos isotérmicos, diseñados para envolver la mercancía —ya sea paletizada o en grandes bultos— creando una cámara que amortigua los cambios térmicos. Estos aislantes están compuestos por materiales con gran capacidad reflectante y conductividad térmica reducida, como burbujas de polietileno recubiertas de aluminio.

Además de reducir la transferencia de calor, estos sistemas ayudan a mantener una temperatura interna más estable, disminuyendo el riesgo de condensación. Aunque no sustituyen un sistema de refrigeración activo, sí representan una alternativa eficaz y sostenible para muchos envíos que necesitan una protección intermedia, sin recurrir al coste de un contenedor refrigerado.

Pensar la logística como un todo

Más allá de los materiales o dispositivos empleados, proteger la carga durante el transporte marítimo implica un enfoque integral. Cada tipo de mercancía tiene sus propias exigencias, y cada destino presenta condiciones distintas. Por eso, cada solución debe adaptarse al contexto específico: la duración del trayecto, las estaciones del año, el tipo de embalaje, y las propiedades físicas del producto.

Un buen diseño logístico puede combinar varios sistemas: por ejemplo, utilizar bolsas hinchables para fijar la carga, complementarlas con un sistema desecante para controlar la humedad y reforzar todo el conjunto con un aislante térmico. A menudo, lo que garantiza el éxito no es un único producto, sino una estrategia bien pensada que actúe desde diferentes frentes. En un entorno como el transporte marítimo, donde los márgenes de error son pequeños, esta combinación de soluciones puede ser la diferencia entre una entrega exitosa y un problema costoso.

EVITE DAÑOS MATERIALES
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